Consumado es

Escrito por: Rev. Ken Childress. Trad. por: Ariadna Romero

El odio había clavado a Jesús en la Cruz. Los hombres religiosos se habían vuelto diabólicos en su oposición al Hijo de Dios. Hombres brutales habían llevado a cabo la ejecución del Hijo del Hombre. Mientras Jesús moría, el sol cubrió su rostro con vergüenza, y la tierra tembló desconcertada.

Un sonido escapó de los labios hinchados y resecos. ¿Era un quejido de agonía? ¿Era la divagación de una mente llevada al límite del umbral del dolor? ¡NO! Esas palabras formaron la más breve de las declaraciones que describen el acontecimiento más importante de la historia: “CONSUMADO ES”. Para las mentes torcidas por el odio, aquellos fanáticos religiosos que planearon este asesinato, esas palabras llegaron como un alivio bien recibido, el inquietante y también asombroso Profeta que proclamaba ser el Mesías fue silenciado. Este Maestro magnético quien enseñaba con un poder único, fue silenciado. El Carpintero milagroso ya no era una amenaza para ellos.

Para los brutales soldados, la muerte de Cristo les ofrecía emoción y diversión, algo diferente a los días normales de amenazar con la espada a mujeres y niños.

Para la multitud que curioseaba, la crucifixión de Cristo proveía los temas de chismes del día en los bares y tabernas.

Para los conmocionados discípulos, el repentino final de su líder trajo consternación y desánimo. ¡Había sido tan hermoso el sueño! Sus años con Jesús habían construido esperanzas de cambios sociales y espirituales. Ahora intentarían reconstruir sus vidas, sabiendo que siempre pensarían en lo que pudo haber sido.

Para Jesús, las palabras “CONSUMADO ES” significaban que el amor había superado la brecha entre un Dios santo y el hombre pecador. Esas dos palabras expresaron como una satisfacción del alma, la proclamación de que la puerta de la salvación estaba abierta.

Para el mundo, las palabras “CONSUMADO ES” representan una Carta Magna, una Declaración de Independencia, una Proclamación de Emancipación, todo eso en uno y aún más.

¡Es la Declaración Redentora de los derechos del hombre!

Consumada es la redención eterna, iglesia. ¡Consumada es! ¡Aleluya!

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