Estad Quietos y Conoced

Por Scott Armstrong

«Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra» (Salmo 46:8-10).

(Leer Salmo 46)

Como muchos otros Salmos, el Salmo 46 fue escrito como una canción y fue cantada por un enorme coro hace alrededor de 3,000 años. Es muy difícil determinar cómo sonaba el canto original, pero muchos de los músicos de hoy han escrito sus propias interpretaciones de las increíbles letras plasmadas ahí. Muchos de los salmos tienen versos que evocan imágenes de la naturaleza y de la guerra. Mientras se canta la letra, las guitarras y tambores suenan en una inquieta armonía, casi puedo sentir la tierra removiéndose y las montañas temblando y cayendo al mar (v. 2-3).

Pero en medio del caos de este Salmo, un verso parece estar fuera de lugar: “Estad quietos y conoced que yo soy Dios, seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra (v. 10).  ¿Cómo llegó hasta ahí el Salmo? ¿Cómo se puede estar quieto cuando hay guerras alrededor de nosotros y la tierra está siendo removida bajo nuestros pies?

SILUETA DE PERSONA ORANDO.jpg

Puede ser que recuerdes un coro antiguo que viene de este versículo, “Estad quietos y conoced que Yo soy Dios”. Lo he cantado cientos de veces, pero, particularmente, siempre recordaré haberlo cantado en un servicio de adoración. Recuerdo el canto debido a quién lo estaba cantando y cuándo lo estaba cantando. Stephanie, una chica de nuestro grupo de jóvenes, se había enterado un mes atrás que sus padres estaban tramitando el divorcio. Además había experimentado algunos serios problemas de salud el año anterior, sin mencionar la cantidad de tareas y exámenes que debía recuperar por haberse ausentado de varias clases debido al tiempo que estuvo en el hospital.

Eché un vistazo alrededor mientras muchos en la congregación cantaban el coro por puro ritual. Ahí estaba ella en la segunda fila, de pie con sus brazos levantados. Y a pesar de todo por lo que estaba pasando –o quizá debido a ello– ella cantaba con lágrimas rodando por su rostro, “estad quietos y conoced que Yo soy Dios…”.

El Salmo 46:10 nunca volvió a ser el mismo para mí después de eso. ¿Qué montes están temblando en tu vida hoy? ¿Qué reinos han caído cerca de ti? Espero que en medio del caos y agitación alrededor tuyo, tú puedas proclamar como Stephanie y como millones de cristianos lo han hecho por generaciones: “Estad quietos y conoced que Yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”

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