Informe de Misión: Sé un Enviador

Por Howard Culbertson

En ocasiones, la gente piensa que la única forma en que ellos pueden participar en el evangelismo “hasta lo último de la tierra,” es volando hacia otro país. Están equivocados. “Ir” es solo una de las vías para involucrarse en la misión mundial. De hecho, aquellos quienes dejan su hogar para convertirse en misioneros necesitan un grupo consagrado y entusiasta que los apoye desde casa.

Hace algunos años, Steven Hawthorne escribió un capítulo en Perspectivas en el Movimiento Cristiano, acerca de quienes apoyan a “los que van” (así llamaba a los misioneros). Hawthorne quien creció en una casa pastoral nazarena, llamó a ese capítulo simplemente, “Enviadores.” Él se dio cuenta que el Apóstol Pablo tal vez había pensado, así como Dios, en Enviadores humanos, cuando él preguntó retóricamente: “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” (Romanos 10:15).

El Apóstol Juan no tenía duda de animar a las personas para convertirse en Enviadores de misioneros. La versión AMP (Amplified Bible) de la Biblia, interpreta el versículo 7 y parte del versículo 8 en 3 Juan como: “Porque ellos [misioneros viajeros] salieron por el bien del Nombre [de Cristo]. Así que deberíamos apoyarles.” ¿Cómo es que los Enviadores apoyan y cuidan a los misioneros? Bien, el pasaje en 3 Juan parece referirse al apoyo material. Lo mismo es verdad con las palabras de Pablo a los Romanos acerca de un viaje planeado a España (Romanos 15:22-24). Ciertamente, se trata de dinero – mucho dinero – el cual se necesita para el evangelismo mundial. Sin embargo, los enviadores pueden y deben hacer más que dar dinero. Por ejemplo, en casi cada una de las cartas de Pablo, él pedía a sus Enviadores que oraran por su ministerio.

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R.A. Torrey, el fundador del Instituto Bíblico Moody, creía eso. Torrey una vez escribió: “La efectividad del misionero en el campo y los resultados de su labor, están directamente relacionados con el misionero en sí mismo y, de igual forma, con el hombre o la mujer que ora constantemente por él en su casa.”

Además del dinero y la oración, los Enviadores colaboran en el cumplimiento de la Gran Comisión en maneras que van desde mantener actualizados los boletines de misiones hasta ubicar y enviar equipo o recursos necesarios. Ciertamente, una variedad de dones y talentos pueden ser usados para facilitar el trabajo de los misioneros sirviendo en lugares lejanos.

Aquí hay seis áreas en las que los enviadores pueden apoyar a los misioneros:

— Apoyo emocional (dándoles ánimo a través de correos electrónicos, cartas, conversaciones por Skype, yendo a los servicios de gira misionera, etc.).

— Movilización (creando conciencia de las misiones globales en sus iglesias locales y distritos).

— Apoyo financiero (dando, y animando a otros a dar).

— Oración intercesora por el evangelismo mundial (orando e involucrando a otros en la oración).

— Ayuda logística (proveyendo hospedaje y transporte para los misioneros en gira misionera, haciendo arreglos para enviar cosas, solucionando detalles para eventos, entre otras cosas).

— Asistencia en la re-entrada (siendo un oyente “confiable,” ayudando a los misioneros que regresan a encontrar su camino de vuelta en casa, y demás).

Los Enviadores han sido conocidos por ser tan apasionados en su apoyo a los misioneros que ellos han adaptado su estilo de vida para orar más, servir más y dar más.

Sé un Enviador. Impacta “hasta lo último de la tierra” desde tu puerta.

 

Este artículo fue publicado originalmente en: Engage Magazine

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