Enviado de Georgetown, Guyana a la isla de Granada como parte de la iniciativa GÉNESIS, Cleon Cadogan sirvió como misionero voluntario por dos años. Hace un mes terminó su tarea principal de plantar una nueva congregación en la comunidad de Content, y recientemente ha compartido sus pensamientos sobre los desafíos y bendiciones de esta asignación:
Trabajando en la isla de Granada, los desafíos fueron muchos. Dejar familia, amigos y trabajo para vivir en un lugar de incertidumbre fue ciertamente un desafío. Pero tú debes saber que quien te ha llamado es capaz de guardarte y proveer para ti. Él solamente puede hacer lo que ha prometido si tú estás dispuesto a atravesar por la experiencia del valle de sombra de muerte como dice el Salmo 23:4, “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (RV1960). Debemos atravesar desafíos para experimentar el poder de Dios. Uno se acuerda de Jesús, quien atravesó dificultades, grandes tentaciones y salió victorioso. Él (Jesús) tomó los pecados del mundo, pero salió adelante.
En el ministerio uno puede encontrar situaciones negativas como: quién está a cargo, crisis de identidad, heridas inestables y luchas de poder, solo por nombrar las que mayormente prevalecieron. Estas solo son estrategias que el enemigo usa para distraer al misionero del panorama completo que está a la mano: almas para el reino. Michael Youseff escribe lo siguiente en Conquista: Tu Plan de Batalla para la Victoria Espiritual: “Si el enemigo puede llevarte a debatir sobre cualquiera de los temas que están establecidos en la Palabra de Dios, Él está dos tercios adelante del camino” (p.34). El enemigo busca que cuestionemos los motivos del otro. Él desea usarnos como un medio para sembrar semillas de negatividad, discordia y confusión. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda en 1 Pedro 5:8, “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar” (NVI). Debemos estar alerta, sobrios y en un espíritu de batalla por la misión que está delante de nosotros. Jesús fue y es nuestro máximo ejemplo. No debemos permitir la negativa de superar lo bueno. Algunas de las herramientas que usé para vencer la negativa fueron la oración, escribir, compartir con otras personas que tienen un corazón por la visión, ayunar y equiparme a mi mismo con la Palabra de Dios. Sin escuchar continuamente la voz de Dios, vas a desgastarte intentando lograr la misión.
Había otras iglesias que habían ido al área de misiones donde nosotros estábamos ubicados, pero fallaron en regresar. La comunidad de Content es vista por el gobierno local como un “punto de acceso” y ha sido conocida como “nada bueno.” Supongo que puedes decir que es su “Nazaret.” Pero Juan 1: 46 nos dice: “‘¡De Nazaret!’ —replicó Natanael—. ‘¿Acaso de allí puede salir algo bueno?’ ‘Ven a ver’ —le contestó Felipe” (NVI). Incluso los hombres de edad tenían problemas con lugares que no encajaban su orden establecido. Sin embargo, Jesús vino por toda la humanidad. Verdaderamente reflejaremos a Jesús en una sociedad posmoderna cuando cambiemos la manera en que SOMOS y HACEMOS iglesia. Esto no significa que el evangelio cambia de acuerdo con nuestras distinciones o preferencias doctrinales y teológicas, sino que debemos mostrar a Jesús.
Reflexionando sobre nuestro tiempo en Content, recuerdo que los mismos miembros de la comunidad trabajaron junto conmigo y los nuevos creyentes para celebrar nuestra primera cena comunitaria. La congregación ahora tiene una junta de iglesia establecida, un ministerio de damas, ministerio juvenil, Escuela Dominical, estudio bíblico, reunión de oración e intercesión, grupo de liberación, y ya están planeando en los próximos seis meses el lanzamiento de un alcance evangelístico. Si no estamos dispuestos a confiar en Dios, y dejar que la gente se desarrolle, somos sembradores insensatos que plantamos semillas y no les ponemos atención, o plantamos semillas y las desenterramos al siguiente día. Debemos estar dispuestos a ver crecer la cosecha.
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