Escrito por Karl Vaters. Trad. por Yadira Morales.
El Nuevo Testamento no enfatiza el papel del pastor tanto como la estructura actual de nuestra iglesia.
De hecho, solo hay un pasaje, ¡uno! – en el que se menciona el papel del pastor (junto con los apóstoles, profetas, evangelistas y maestros).
Sin duda, hay muchos pasajes sobre obispos, supervisores y más que se aplican a los pastores, pero Efesios 4:11-12 podría fácilmente llamarse el mandato principal del pastor. En ese pasaje, el apóstol Pablo nos dice claramente que hemos sido llamados “para equipar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”
Cuanto más tiempo pastoreo, más convencido estoy de que una de las razones principales del agotamiento pastoral es que demasiados pastores, especialmente los pastores de iglesias pequeñas, como yo, están ignorando esa simple orden.
Ministrar en una iglesia pequeña no nos exime del mandato pastoral de equipar a los santos.
Muchos pastores de iglesias pequeñas tienen que hacer muchas de las tareas tienen que hacer muchas de las tareas que las iglesias grandes pueden contratar a alguien más para hacer. Pero, no importa lo pequeña que sea la congregación, los pastores nunca deben olvidar que el ministerio en una iglesia pequeña no nos exime del mandato pastoral de equipar a los santos.
De la predicación y la enseñanza al equipamiento
Durante demasiados años, tomé casi toda la carga por el ministerio de la iglesia sobre mis hombros. Y eso casi me mata a mí – y a la iglesia.
Así que volví al primer mandato del pastor. Redoblé mis esfuerzos para equipar a la iglesia para hacer el ministerio en lugar de hacerlo por ellos.
No, el cambio no fue fácil. Los viejos hábitos – tanto los míos como los de ellos – estaban profundamente arraigados. Pero sí sucedió. O, más exactamente, está sucediendo.
Estos son algunos de los pasos que hemos tomado para lograr ese cambio.
- Predicar para equipar, no solo informar o inspirar
Soy más un maestro que un predicador, por lo que es fácil llenar las cabezas de las personas con el conocimiento de la Biblia, pero fallo en hacer que lo pongan en práctica.
Si eres más predicador que profesor, puedes inspirarlos y energizarlos sin darles formas prácticas de canalizar esa energía.
Hay pocas cosas más frustrantes que una iglesia llena de personas que están informadas y/o inspiradas sin estar equipadas para hacer algo al respecto.
Ni la información ni la inspiración son suficientes. Necesitamos ayudarlos a convertirlo en “transpiración.”
No es suficiente abordar una idea de “qué hacer ahora” al final de nuestros sermones. Equipar a las personas para hacer el trabajo del ministerio debe ser siempre un elemento central en todo lo que hace un pastor.
- Haz el ministerio con la gente, no solo para la gente
Cuánto más pequeña sea la iglesia, más haremos el ministerio con ellos, entre ellos y al lado de ellos. Pero nunca podemos dejar que nos atrape el interminable vórtice de los agujeros negros de hacer todo o la mayor parte del ministerio paraellos.
En una iglesia grande, a la mayoría de las personas se les enseña, entrena y envía al ministerio sin haber pasado ningún tiempo con el pastor, aparte de escuchar el sermón del domingo.
En una iglesia pequeña, el pastor tiene que (llegar a) ser más práctico. Pero debemos enfatizar siempre hacer todo el ministerio conlos miembros de la congregación, no solo paraellos, o gran parte de él, para ellos. siempre debemos enfatizar el ministerio con los miembros de la congregación, no solo para ellos.
Hacer el ministerio paraellos no es saludable – no lo es para el pastor ni para la iglesia. Pero hacer el ministerio conla congregación equipa a los santos, construye relaciones y mucho más.
- Equipar equipos, no nombrar comités
Los equipos hacen cosas. Los comités les dicen a otras personas que hagan cosas.
Una iglesia que sea liviana en equipos y que tenga muchos comités dedicará más tiempo a asignar culpas que a servir en el ministerio.
- Involucrar al equipo en el proceso de toma de decisiones.
La gente no se esforzará tanto por el ministerio de otra persona como lo hará por un ministerio en el cual participaron en crear.
Pastor, no solo le diga a la gente qué hacer, pregúnteles a qué han sido llamados y cómo pueden unirse para equiparlos para eso. Incluyendo el ministerio que no tiene nada que ver con tu iglesia y tus programas.
Conviértete en un pastor que equipa
Las iglesias sanas son dirigidas por pastores que equipan.
Los pastores que equipan trabajan junto a la congregación mientras hacemos juntos el trabajo del ministerio.
Es nuestra llamado. Es nuestro mandato.
Y, cuando lo vemos funcionando en la vida de la congregación a la que servimos, es nuestra alegría.
Este artículo fue publicado originalmente en: Christianity Today.
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