Las iglesias pueden manejar el cambio, pero no les gustan las sorpresas – Parte 2 de 2

Escrito: Karl Vaters / Trad. por: Yadira Morales

Esta es la continuación de la entrada anterior.

Cuba_Iglesia Evangélica

Dales tiempo a las personas para que reflexionen

Aquí hay un ejemplo.

Hace una década atrás, consideraba cambiarle el nombre a la iglesia. Así es que traje a colación la posibilidad a la junta de la iglesia. Les dije que no quería ninguna retroalimentación en ese mismísimo momento. Les pedí que oraran y lo consideraran cuidadosamente hasta la siguiente reunión.

En la reunión siguiente, el más antiguo, más respetado miembro de la junta habló.

“Cuando usted trajo a colación una posibilidad  de cambio de nombre, me opuse a ello,” él dijo. (Uh-oh) “Pero cuando mi mujer y yo estábamos de vacaciones, ella encontró un folleto con los nombres de algunas iglesias locales. Cuando ella leyó el nombre de una iglesia, le dije ‘no quiero ir hacia allá. Suena insípido y aburrido.’”

Mi mujer miró hacia arriba del folleto y dijo “ese es el mismo nombre de nuestra iglesia.'»

“Me pegó como una tonelada de ladrillos,” él admitió. “Así es cómo nos ven las personas. Necesitamos cambiar nuestro nombre.”

Si hubiese pedido los comentarios sobre el posible cambio de nombre cuando lo traje, su respuesta negativa habría sido la primera semilla plantada. Y, como una hierba mala, habría crecido y habría atragantado cualquier oportunidad para el cambio.

En lugar de eso, le di un mes. Y en ese mes, todo cambió. En un año tuvimos un nombre nuevo para nuestra iglesia. Y hemos hecho muchos más cambios con el mismo proceso.

Tómate tu Tiempo – Y da Un Poco a Otros

Las personas necesitan tiempo para procesar cambios grandes.

Después de todo, había tenido meses para pensar acerca de eso antes de mostrárselos, y todavía no estaba seguro. ¿Cómo nosotros los líderes, esperamos que las personas hagan elecciones correctas en 20 minutos, cuándo hemos tenido semanas, meses, a veces años para considerar la misma pregunta?

La mayoría de iglesias son mucho mejor al cambio cuando les otorguemos crédito. Si la iglesia es relativamente sana, así funciona. Si el ambiente no está solamente quebrado, sino tóxico y disfuncional, las reglas aplican en diferente forma.

Pero los integrantes de una iglesia relativamente sana quieren lo que cada buen líder quiere. Los cambios necesarios, sobreentendidos apropiadamente, llevan suficiente tiempo para pensar, orar, aprenderlos, discutirlos e implementarlos.

Sí, este proceso tarda un poco más. Pero hacer algo lenta y correctamente es siempre mejor que hacerlo rápido e incorrectamente.

Publicado originalmente en: http://www.christianitytoday.com/karl-vaters/2015/november/churches-can-handle-change-but-they-dont-like-surprise.html?start=2

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