El siguiente artículo fue publicado originalmente en el sitio web: “Moments with the book”
Cuando leemos las Escrituras, uno no puede evitar darse cuenta de la expresión, constantemente repetida, “Pero Dios…” estas dos palabras señalan un cambio, un contraste o una aclaración que se presenta a continuación. “Pero Dios.” Lo que sigue a esta transición significativa intenta desafiar nuestra fe y cambiar nuestra vida. Cuando Él aparece en la foto, Dios hace toda la diferencia. Pensando en alguien que lea esto y tal vez no tenga una Biblia para buscar las referencias, citaremos algunos de los versículos “Pero Dios”, mientras les animamos a todos a buscar otros y leer los contextos que los respaldan.
Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente (Génesis 50:20 NVI).
Pero el Señor su Dios no escuchó a Balaam, sino que convirtió su maldición en una bendición para ustedes, porque los ama (Deuteronomio 23:5 NVI).
David se estableció en los refugios del desierto, en los áridos cerros de Zif. Día tras día Saúl lo buscaba, pero Dios no lo entregó en sus manos (1 Samuel 23:14 NVI).
¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni se desanimen ante el rey de Asiria y todo el numeroso ejército que lo acompaña, porque nosotros tenemos más que él. Él cuenta con la fuerza de los hombres, pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos a luchar nuestras batallas. Al oír las palabras del rey Ezequías, el pueblo se sintió animado (2 Crónicas 32:7-8 DHH).
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna (Salmo 73:26 NVI).
Pero tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo, lento para la ira, y grande en amor y verdad (Salmos 86:15 NVI).
Esa gente es tan malvada que acabarás por destruirla. Pero tú, mi Dios, eres mi más alto escondite; ¡eres como una roca en la que encuentro refugio! (Salmo 94:22-23 TLA).
Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino (Isaías 17:13 RVR1960).
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre (Isaías 40:8 NVI).
A esto Daniel respondió: ―No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino, que pueda explicarle a Su Majestad el misterio que le preocupa. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Ese Dios le ha mostrado a usted lo que tendrá lugar en los días venideros (Daniel 2:27-28 NVI).
Por su parte, Dios hizo brotar una planta; ésta creció y cubrió el refugio de Jonás. Así Dios le dio a Jonás una sombra mejor para que no sintiera tanto calor. ¡Jonás quedó muy contento con aquella planta! Pero después, Dios hizo que un gusano viniera al otro día, y picara la planta (Jonás 4:6-7 TLA).
Los discípulos se sorprendieron mucho al oír lo que Jesús dijo, y comentaban entre ellos: —Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les dijo: —Para la gente, lograr eso es imposible; pero para Dios todo es posible (Mateo 19:25-26 TLA).
Y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios (Lucas 12:19-21 RVR1960).
Él les dijo: «Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios (Lucas 16:15 NVI).
Entonces les habló así:―Ustedes saben muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo. (Hechos 10:28 NVI).
Después de llevar a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo sepultaron. Pero Dios lo levantó de entre los muertos. (Hechos 13:29-30 NVI).
Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:7-8 NVI).
Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor (Romanos 6:23 TLA).
Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos (1 Corintios 1:26-27 NVI).
Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer (1 Corintios 3:6-7 NVI).
Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir (1 Corintios 10:13 NVI).
Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza (Filipenses 2:27 RVR1960).
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