Por Howard Culbertson. Trad. por Maximiliano Pimentel
Las personas frecuentemente piensan que los sentimientos provocados por encuentros con comida extraña o costumbres, constituyen el “choque cultural.” En realidad, esos breves momentos de incomodidad no son lo que los antropólogos quieren decir con choque cultural.
Los antropólogos y psicólogos, usan el término “choque cultural” para describir la confusión, duda, y nerviosismo común en las personas que recientemente han comenzado a vivir transculturalmente y que también están experimentando una o más de las sensaciones a continuación:
- Nostalgia exagerada
- Sueño excesivo
- Pérdida del sentido del humor
- Evasión del contacto con lugareños, pasando tiempo en el correo electrónico, la Internet y las redes sociales
- Sufrir enfermedades psicosomáticas
- Sentimientos frecuentes de aburrimiento o apatía
- Ataques inexplicables de llanto
- Comer compulsivamente
- Disminución de la capacidad para trabajar efectivamente
- Alto nivel de irritabilidad
- Hostilidad hacia las personas de la cultura anfitriona
- Jingoísmo o súper patriotismo
- Estereotipar a las personas de la cultura anfitriona
- Atención exagerada a la limpieza
El verdadero choque cultural es, por lo tanto, más arraigado que la inconformidad momentánea experimentada cuando se confrontan cosas extrañas para comer, o normas sociales desconocidas. Lo que los antropólogos llaman choque cultural surge de un largo periodo de adaptación a formas desconocidas de hacer, organizar, percibir, y valorar las cosas. De hecho, debido a que las personas experimentan síntomas del choque cultural durante un periodo de tiempo en vez de en un acontecimiento aislado, algunos antropólogos lo llaman “ciclo de adaptación” más que “choque cultural.”
Los síntomas del choque cultural son muy notorios en algunas personas y menos en otras. Sin embargo, el ciclo de adaptación (o choque cultural) –– luna de miel, frustración, ajuste, y aceptación –– es inevitable. Aunque el choque cultural no es una condición médica, la desorientación psicológica, el aislamiento, y el exceso de sueño pueden ser comparados con organismos yendo de un choque físico a un trauma.
Los síntomas del choque cultural pueden ir y venir durante un periodo de tiempo. Describiendo su experiencia en Senegal, la misionera Linda Louw dijo, “pensé que el choque cultural era algo por lo que pasas y se termina, pero sigue ocurriendo.”
La sensación de inquietud e irritabilidad aguda, común en la etapa de frustración, puede ser detonada por cosas simples. La etapa de ajuste usualmente no surte efecto hasta que una persona se familiariza y se siente cada vez más cómoda en una cultura nueva.
Afortunadamente, los efectos del choque cultural pueden ser, en cierto modo, mitigados. Aquí hay media docena de sugerencias de adaptación:
- Date cuenta de lo que te pasa, y por qué.
- Recuerda que esto le sucede a cada expatriado en mayor o menor medida, y que las personas regularmente sobreviven a esto.
- Niégate a caer en el deseo de aislarte de las personas. Elige, por el contrario, relacionarte con aquellos de la cultura anfitriona.
- Involúcrate en un pasatiempo que involucre, de alguna forma, el lugar donde sirves.
- Sé audaz en alcanzar a personas de la cultura anfitriona, con el fin de construir una red de confidentes, incluyendo una lista de individuos que pueden ayudarte a mejorar tu idioma y adquisición.
- Cultiva, intencionalmente, tu curiosidad acerca de la vida silvestre, la geografía, la fauna, la historia, la literatura, las comidas, las normas sociales, los cuentos infantiles, los proverbios, las leyendas y fábulas del lugar donde sirves.
Este artículo fue publicado originalmente en: Engage Magazine
Tengo una pregunta debido a mi experiencia reciente. ¿El choque cultural siempre tiene una connotación negativa? Por ejemplo, cuando llegas a otro país y ves que ahi las condiciones sociales son mejores que en tu país de origen y si, experimentas nuevas formas de hacer y decir las cosas pero eso no te causa malestar o conflicto… ¿también a eso se llama choque cultural?
¡Hola, Ariadna! Es muy buena la pregunta. De hecho, algunos antropólogos han propuesto que no se use el término «choque cultural» porque un choque siempre nos da la imagen de algo negativo. Algunos lo están llamando «ajuste cultural» o «proceso de adaptación cultural». A mí me gusta todavía usar la palabra «choque» porque inmediatamente da a conocer que es un proceso drástico y no suave. Ahora, todo eso no llega a la raíz de tu pregunta…
Según las etapas de choque cultural, no toda fase es negativa:
1. Inicial
2. Fascinación
3. Conflicto
4. Recuperación
5. Integración
6. Reinicio (Choque cultural al retorno)
Etapas 2, 4, y 5 son agradables, especialmente 5 (cuando te sientes en casa en la nueva cultura). Mi hipótesis es que tú quizás llegaste a #4 y #5 más rápido que lo promedio. Eso sucede a veces. También sugiero que una razón por la cual tu choque cultural fuera más «agradable» fue que ya hablaste el idioma bastante antes de llegar al país. Imáginate el choque para alguien que no habla inglés ni francés cuando llega a Canadá.
En fin, el choque cultural es un proceso y partes de ese proceso son agradables y partes son desagradables. El énfasis delñ autor en este artículo es enfocarse más en la etapa #3 del choque cultursal me parece.
Me gusta más esa propuesta de «ajuste cultural». Sin duda el llegar a Canada con un nivel de inglés intermedio me ayudó. Sin embargo, mi primer sitio de hospedaje fue en Montreal y cierto es que tuve algunas dificultades con el idioma francés; incluso algunos amigos parisinos tuvieron problemas en entender ese francés «quebecoise». Quizás esa fue mi etapa 3 del proceso, solo unos pequeños incidentes de comunicación que al final pude resolver.
¡Creo que sufrí más la reintegración a México! Pasar de un país tercer mundista a uno del primer mundo no cuesta mucho, ¡pero el regreso si que cuesta! 😀
Gracias por tu respuesta Scott, un fuerte abrazo.
Cabe mencionar que Dios a creado a algunas personas para ser multi-culturales, o para vivir y servir en otras culturas. El ajuste es más fácil o rápido en algunos de estos casos. Quizás Dios te está llamando a ser misionera, amiga ;).