Este es el primer paso de la serie “Diez Pasos Prácticos para la Plantación de Nuevas Iglesias,” escrita por el Pbro. Manuel Molina Flores.
La oración empieza por el mismo plantador, o la iglesia madre, cuando descubre que Dios le está guiando a plantar una nueva iglesia en un lugar determinado. Ore por:
– Los líderes locales que participarán en el proyecto,
– Una estrategia,
– La gente que se espera alcanzar
– Los recursos materiales que se necesitarán
– Los líderes de la comunidad
– Los permisos que se deban tramitar
La oración se convertirá en una de las disciplinas de crecimiento de los nuevos discípulos, y que los acompañará diariamente en su nueva vida.
Debemos persistir en oración con corazones expectantes (Col. 4:2-4), esperando que Dios nos lleve a los individuos receptivos y nos guíe en lo que vamos a decir. Así estaremos seguros de que NO son las estrategias humanas las que guían nuestro ministerio, sino el Espíritu Santo. Esta manera de hacer las cosas establece un patrón de dependencia del Espíritu Santo que es esencial para tener éxito en cada uno de los sucesivos niveles de nuestra estrategia como fundadores de la Iglesia (Zacarías 4:6).
Por medio de la oración, el Espíritu Santo llega a ser el guía cuando le permitimos que nos dirija hacia métodos y herramientas más eficaces; a veces no contaremos con fondos económicos suficientes para adquirir materiales, pero la ayuda del Espíritu Santo será fundamental para darle creatividad al plantador o director de una célula.
Por ejemplo, nosotros oramos con un mapa; poniendo las manos sobre él para pedir la dirección de Dios sobre el lugar que está listo para recibir la Palabra; luego, oramos caminando por las calles del lugar escogido. Muchas veces la respuesta de alguna familia que abrirá su casa ha sido en la calle donde empezamos a hacer la oración.
Un principio:
La oración debe ser modelada por la vida del plantador, y no tan sólo enseñada.
***Espera el paso dos en la próxima entrada.
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