Tres Ventajas de Las Iglesias en Casa

Por: Diana González

Recientemente tuve el privilegio de participar en un entrenamiento sobre Plantación de Iglesias en Casa, lo que aprendí me es muy oportuno para estos tiempos, pues sirvo como misionera nazarena en Quetzaltenango, Guatemala con el ministerio Génesis. Algunas de las ventajas importantes que el modelo casero presenta, en comparación con el modelo tradicional de reunirnos en el templo, son las siguientes:

  1. Las iglesias en casa permiten la auto-teología.

En la iglesia de casa no se predica como regularmente sucede en el templo, aunque hay un predicador que comparte la Palabra, la audiencia tiene total libertad de opinar, preguntar o añadir según su propia perspectiva; esta apertura a participar en la construcción de la enseñanza, ayuda a desarrollar una auto-teología al contextualizar o culturizar la Palabra según sus propias vivencias. Sin duda, esto lleva a una mayor comprensión de la Biblia, porque las personas pueden identificarse con una verdad que es pertinente a su condición y situación.

Tener una auto-teología no significa libertad de pensamiento y doctrina, se trata de desarrollar nuestra propia teología sobre diversos temas de la vida cotidiana, es conocer una verdad bíblica que se vuelve una verdad práctica en la vida propia, aplicable conforme a la necesidad que tengamos, tal como Jesús lo dijo en Juan 6:63 (NTV): “Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.”. En este contexto, el término griego para “palabra” es rhēma, esta no solo se refiere a la Palabra de Dios en su totalidad, sino a una porción específica, que permite conocer a Dios como es y como lo necesitamos para cada aspecto de nuestra vida, haciéndolo más real para las personas. La oportunidad que las iglesias en casa ofrecen, no solo es de un aprendizaje informativo, sino también experimental.

  • Las iglesias en casa dan apertura a relaciones interpersonales más profundas.

Sabemos que las relaciones interpersonales son la base en la plantación de una iglesia. Hay que dedicar semanas o meses para escuchar, conocer las necesidades de las personas, y tener la guía del Espíritu Santo para saber llevar las conversaciones hacia Jesús. En una iglesia de casa, esta relación es una constante porque el ambiente, el lugar y la cantidad de personas la facilita. Al ser menos de 20 personas, se les presta más atención a todos, y esto fortalece la iglesia.

Aunque en una iglesia tradicional existen buenas relaciones y comunión constante, sabemos que entre más grande es una congregación, hay menos oportunidades de ver a todos o de notar la ausencia de alguien, inclusive la atención pastoral se hace más extensa y menos frecuente. Esta distancia disminuye dramáticamente en una iglesia en casa. El servicio entero se lleva a cabo en un ambiente familiar, casero, de confianza en el que la formalidad difícilmente tendrá lugar debido a la disponibilidad de espacio y recursos. Con esto no quiero decir que es un servicio desordenado, pero sí será normal que las sillas no sean suficientes y alguien deba sentarse en el piso o en las escaleras, por ejemplo. Además, un grupo pequeño permite compartir los alimentos después del servicio, ¡y vaya que la comida une a las personas!

  • Las iglesias en casa involucran a todos.

“Las iglesias de casa son la oportunidad de disolver la separación entre el clero y laicos” (Ramón Mendoza, director de DCPI para Latinoamérica). Aun cuando seamos una iglesia con un sistema muy organizado y un esquema de liderazgo establecido para los diferentes ministerios, las iglesias de casa proveen la oportunidad de que todos los asistentes participen. No hay manera de que alguien llegue solo a sentarse, porque la misma dinámica permite involucrarlos a todos, ya sea en la alabanza, la lectura, o compartiendo sus puntos de vista, etc.

En las iglesias de casa todos son líderes porque todos están sirviendo a otros. Claro, siempre se necesitará de un pastor que dé dirección a la congregación, y líderes responsables de áreas determinadas, pero la puerta que abre la iglesia de casa es que todos son tomados en cuenta para desarrollar sus dones y talentos, usándolos para el crecimiento de la iglesia.

En la siguiente entrada compartiré una serie de recomendaciones prácticas sobre cómo compartir enseñanzas bíblicas para quienes inician una iglesia en casa.

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