Por: Lemuel Sandoval
¿Alguna vez te has puesto a pensar si hay cosas que rompan el corazón de Dios?
Quizá por la educación teológica tradicional nos cuesta trabajo pensar en que se le pueda romper el corazón a Dios. En todo caso, podríamos pensar que el pecado que cometemos rompe y entristece el corazón de Dios, pero, ¿habrá algo más que quebrante el corazón de Dios?
Bob Pierce (1914-1978)[1], quien, por cierto, estudió en la Universidad Nazarena de Pasadena, estaba realizando un trabajo misionero en Corea durante la década de 1940 y ahí descubrió qué es lo que quebranta el corazón de Dios cuando se vio inmerso en la pobreza, el sufrimiento y la orfandad. En cierta ocasión se encontró con una pequeña niña china, maltratada y abandonada. Bob decidió donar sus últimos cinco dólares para que una misionera se encargara de la niña, y prometió enviar cinco dólares cada mes. En la solapa de su Biblia, Bob escribió una corta pero poderosa oración:
“Que mi corazón sea quebrantado por las cosas que quebrantan el corazón de Dios.”
El mundo está lleno de injusticias y pobreza, y no pasan desapercibidas. Seguramente conoces un barrio de tu ciudad donde las personas sufren hambre, enfermedades, violencia y todo tipo de carencias. Eso no es lo que Dios vislumbraba cuando hizo la creación buena, y buena en gran manera. De hecho, en sus leyes ordenó que se cuidara del extranjero, la viuda y el huérfano (Deut. 10:17-19; 24:19-22). Los profetas también acusaron al pueblo de haber pecado por no hacer justicia a quienes la necesitaban (Is. 1:17, Zac. 7:10). Pero la afirmación más poderosa es cuando Jesús advierte que lo que hagamos para cuidar de los más necesitados y vulnerables se lo hacemos a Él mismo (Mat 25:40). Lo que el Señor está haciendo es identificarse con aquellos que sufren injusticias. Es decir, Jesús se quebranta con los que son quebrantados.
Cuando oramos que nuestro corazón “sea quebrantado por las cosas que quebrantan el corazón de Dios”, en realidad estamos pidiendo que seamos sensibles al sufrimiento de otras personas, tan sensibles que actuemos en su favor. Ese corazón quebrantado causó a Bob Pierce a fundar Visión Mundial, donde sirvió como presidente hasta 1967. Tres años después, Pierce creó Samaritan’s Purse, y ambas organizaciones han impactado literalmente la vida de cientos de millones de personas alrededor del mundo. Aún a la fecha muchos otros hombres y mujeres con corazones quebrantados siguen patrocinando niñas y niños en condiciones de pobreza extrema y enviando ayuda humanitaria donde se necesita. Mientras el corazón de Dios siga quebrantado por la maldad y sufrimiento del mundo, nuestros corazones necesitan seguir siendo quebrantados.
[1]World Vision, Our History https://www.wvi.org/our-history
Samaritan’s Purse (20209 ‘Let My Heart be Broken by the Things that Break the Heart of God’ https://www.samaritanspurse.org/article/let-my-heart-be-broken-by-the-things-that-break-the-heart-of-god/
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