En agosto se realizó en la República Dominicana el último encuentro de “Verano Misionero, Manos a la Obra”. Durante cuatro meses se llevó a cabo esta iniciativa de cinco oportunidades de servicio diferentes donde participaron voluntarios de Guatemala, República Dominicana, y Costa Rica junto a grupos de voluntarios del ministerio Trabajo y Testimonio (TyT) de diferentes estados de EE. UU.
Los líderes de Misiones Globales del Área MesoCentral trabajaron junto a los líderes de TyT en el país anfitrión coordinando los equipos para ofrecer una maravillosa experiencia transcultural a cada uno de los participantes. Algunos de los testimonios han sido compartidos días después.
Samuel Senica: Como Coordinador de Trabajo y Testimonio aquí en la República Dominicana, trabajar junto al equipo de Misiones Globales este verano fue una experiencia muy significativa. Pudimos participar en actividades que normalmente no hubiéramos tenido la oportunidad de hacer. Debido a esta oportunidad, tanto los equipos de EE. UU. que vinieron, como las otras personas participantes que están experimentando un llamado a las misiones, no solo trabajaron juntos en la construcción, sino que también participaron en evangelización y compasión. De todas las actividades (construcción, compasión, evangelismo, y más), todo el grupo pudo experimentar y ver a Dios obrando y la gente viniendo a Jesús.
Estoy agradecido por el liderazgo del equipo de Misiones Globales aquí en R.D. Sus actividades y presencia trajeron una nueva dinámica al viaje misionero de Trabajo y Testimonio, y los comentarios que he recibido de los equipos son todos positivos. Esta experiencia intercultural es una que los equipos nunca olvidarán cuando vengan a la República Dominicana y cuando regresen a su país de origen.
Otros dieron testimonio de lo que Dios habló a sus vidas después de cada encuentro:
Karina Castillo, participante de R.D.: Durante el verano misionero pude notar el respaldo de Dios en cada momento. Dios trabajó en mí en algunos puntos como la FE y el MIEDO. Me enseñó qué es realmente negarme a mí y vivir para él.
Construcción, compasión y salvación son los tres objetivos que se planearon llevar a cabo en cada uno de los encuentros de esta iniciativa, los cuales fueron cumplidos de manera satisfactoria a pesar de los obstáculos.
Ariel Gómez, participante de Costa Rica: Desde que me comentaron sobre esta actividad en otro país, Dios puso en mi corazón el deseo de ser parte, y desde ese momento comenzó a acomodar todo, desde permisos en mi trabajo hasta lo económico. El tiempo invertido en el trabajo de construcción en el seminario fue maravilloso. Al ver la alegría de los niños y el anhelo de la gente de seguir con nosotros durante las actividades en las comunidades sentí el deseo de quedarme más tiempo. Dios es bueno, y nos permitió generar un impacto en la vida de esas personas.
Hoy hay evidencia de vidas que han sido transformadas: jóvenes y adolescentes con un nuevo despertar en sus iglesias locales y un amor creciente hacia las misiones.
Eliani Pérez, participante de R.D. con 15 años de edad: Este tiempo fue tan importante como valioso para mí. Pude aprender que no importa nuestra capacidad o edad para empezar a servir a las personas y sobre todo servir como Jesús lo hizo a cambio de nada. No sé los planes del Señor pero me quiero apegar a ellos porque sé que sus planes son perfectos y mejores que los míos.
Los pastores Eduardo y Keila Pérez: Fue una experiencia muy bonita. Aparte de que no habíamos participado en algo así, vimos la manera de servir tanto en la comunidad, con los niños, la construcción, y también las necesidades, cómo todos trabajaron arduamente en equipo sin importar la edad, raza o idioma. Todos compartieron un mismo sentir, y aunque estuvieran cansados, cada día se renovaban sus fuerzas como las águilas.
Sin duda un impacto enorme fue palpado este verano: iglesias y comunidades movidas, jóvenes confirmando el llamado misionero, y familias transformadas. A Dios sea la gloria porque cada participante logró desarrollar los talentos y dones que Él ha puesto en sus manos.
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