Muchos cristianos pasan años sin conocer y disfrutar la gran bendición del Espíritu Santo, y desde luego que aún entre ellos se cuenta a algunos misioneros, pastores, y otros líderes de la Iglesia. El ser lleno del Espíritu Santo es un mandato de Dios. Y el verbo que usa Pablo varias veces cuando se traduce en español “sed llenos,” expresa una acción continua y repetitiva. Todo cristiano necesita ser lleno continuamente del Espíritu.
El Espíritu Santo nos capacita para vivir en santidad delante de Dios y de los hombres y también nos ayuda para que cumplamos con el ministerio de Jesucristo, predicando el evangelio a toda criatura.
En caso especia, para los cristianos que hemos sido llamados a servir en otra cultura, debemos buscar la guía del Espíritu Santo para distinguir cuáles son aquellas costumbres y hábitos que no honran a nuestro Señor. No importa dónde estemos, el país o la cultura a dónde Dios nos envíe, no debemos dar lugar para ofender o crear barreras entre la gente y nuestro Dios.
Pero, ¿cómo trabaja el Espíritu Santo en cada creyente, especialmente hablando de las misiones y el evangelismo? Roger S. Greenway, autor del libro “Vayan y Hagan Discípulos” escribe que el Espíritu misionero obra en los creyentes para:
- Despertar en los corazones de los creyentes el interés por las misiones.
- Planta en la mente de los creyentes un sentimiento de compasión hacia las personas que se están perdiendo.
- Hace que nuestra fe aumente en la promesa de Dios, de que la proclamación del evangelio no será en vano.
- Crea en el creyente el anhelo a obedecer el mandato misionero de Cristo.
- Derrumba nuestros prejuicios sociales y raciales y nos lleva a amar a personas diferentes, a las que damos la bienvenida en el reino de Jesucristo.
Lo maravilloso es que estas cosas son, o deben ser, «normales» en la vida de cada creyente. Quizás la pregunta para la Iglesia a que lastimosamente en muchos lugares y contextos le cuesta crecer o impactar la comunidad que le rodea: ¿Si el Espíritu Santo no está trabajando en nuestras vidas así, somos verdaderamente seguidores de Cristo? Y en mi vida, ¿está obrando el Espíritu así? Si no, ¿qué tendrá que cambiar para que lo experimente en su poder purificador y misionero?
Asi es tienen toda la razo, Dios nos quiere apartados para el y santificados!!!!
Es verdad.
El Espíritu inspira, todo comienza en la relación con Dios. Si no pasamos tiempo en intimidad no podemos esperar parecernos a Él.
Tiene lógica cuando menciona Jesús que por sus frutos conoceremos a cada persona. No hay persona demasiado buena que tenga pasión, integridad y compasión por sí sola, todo es inspirado por el Espíritu de Dios.
Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. [Rom. 8.9]
Un fuerte recordatorio del mandato divino, recordemos que Dios desea compartir su carácter Santo con nosotros, para así poder transformar nuestras vidas y nuestro mundo. Ven Espíritu Santo! Ven!