Más que Renunciar

Por Charles W. Christian

Cuaresma es el periodo de cuarenta días, aproximadamente, previos al domingo de Pascua. Es un tiempo de preparación y reflexión que está inspirado en los cuarenta días que Jesús estuvo en el desierto al inicio de su ministerio terrenal (Marcos 1:12-13; Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13). Al iniciar esta temporada de Cuaresma, empezando con el Miércoles de Ceniza, muchos de nosotros nos hemos unido a los cristianos alrededor del mundo – tanto católicos como protestantes – para ayunar.

Como Jesús, muchos cristianos han usado este tiempo para participar en un ayuno de comida. Otros ayunan algo más específico, como el chocolate o el café, o ayunan ciertas actividades, como el uso de las redes sociales o ver películas. Mientras que el ayuno ha sido una disciplina espiritual clave para los cristianos a través de la historia, podría ser la disciplina espiritual más descuidada en la actualidad. La época de Cuaresma le da a la iglesia la oportunidad para regresar a esta disciplina a menudo descuidada.

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Es importante tener en cuenta que la intención del ayuno es recordarnos nuestra identificación, bíblica e histórica, con los pobres y necesitados. Sin importar lo que quitemos de nuestra rutina diaria recordamos que, intencionalmente, estamos renunciando a artículos a los que muchos renuncian sin tener elección. Esto nos permite participar más profundamente en la compasión, lo que significa literalmente “sufrir con el otro.”

Mientras que resulta fácil enfocarse en el aspecto de “renuncia” del ayuno, hay un significado más profundo en la disciplina. Ayunar no se trata solo de renuncia, también se trata de reemplazo. Por ejemplo, el tiempo que se pasa sin ver un programa de televisión puede ser apartado para pasar más tiempo en la Escritura o más tiempo en servir con amor directamente a otros. El tiempo y dinero que se ahorran por no salir a comer, puede ser gastado directamente en ayudar a los pobres y a otros que no tienen comida. El tiempo y los recursos a los que se renuncian pueden ser intencionalmente utilizados en el servicio del Reino de Dios.

Finalmente, el ayuno se trata de atraer nuestra atención hacia Dios y sus métodos, y no hacia nuestros propios sacrificios. Para que el ayuno sea bíblico, cualquier sacrificio que hacemos durante el ayuno debe ser para profundizar en nuestra relación con Dios y para aumentar nuestra participación en la misión de Dios. Jactarnos acerca de nuestro ayuno o convertirnos en un “superhéroe espiritual” debe ser estrictamente evitado. “Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa” (Mateo 6:16 NVI).

Durante Cuaresma, mientras profundizamos en nuestro caminar con Dios y aumentamos nuestra participación en su misión, también encontramos tiempo para la reflexión y el arrepentimiento. Así como Dios y sus caminos para nosotros se vuelven más claros, nuestros defectos también se vuelven más claros. Parte de nuestra preparación para resurrección implica dejar que el Espíritu Santo nos mueva a áreas de crecimiento, lo cual a menudo implica confesión y arrepentimiento. Es importante que seamos especialmente sensibles a estas oportunidades de crecimiento, mientras ayunamos y nos enfocamos.

Como personas que están viviendo y compartiendo la historia de Dios, saquemos el máximo provecho a épocas como Cuaresma, ¡permitiéndonos ser más y más como el Señor resucitado a quien servimos!

Oración para la semana:

Omnipotente y Eterno Dios, que no sientes aversión por nada de lo que has creado, y que perdonas a los que con verdadera fe se arrepienten; crea en nosotros corazones contritos, y concédenos perfecto perdón ¡oh Dios de toda misericordia! a los que lamentamos nuestros pecados y reconocemos nuestra miseria; por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

(Libro de Oración Común).

Este artículo fue publicado originalmente en: http://holinesstoday.org/more-than-doing-without

3 respuestas a “Más que Renunciar

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  1. Hola hermano buenas noches, después de haber leído la reflexión me queda la duda de porque hace referencia al miércoles de ceniza, si nosotros Cristianos Nazarenos no hacemos dicho ritual….Bendiciones a su vida

    1. Hola, Isabel, gracias por tu pregunta. El mismo artículo habla de la importancia de este día en la vida del cristiano (y no solo el católico). Si quieres ver una buena conversación sobre esto (entre nazarenos), visita la página de Facebook donde la entrada sobre Miércoles de Ceniza provocó mucha conversación: https://www.facebook.com/CNMesoamerica/posts/1814805631897800?comment_id=1814898328555197&notif_id=1518638722511777&notif_t=feed_comment_reply&ref=notif. A la vez mi respuesta más amplia a tu duda es: Cuando llegué como misionero a América Latina, me sorprendió el hecho de que pocas iglesias evangélicas observaban el calendario cristiano, algo que es muy común en la iglesia evangélica en muchísimos países alrededor del mundo. Hasta nuestros Superintendentes Generales han promocionado materiales para guiar a nuestros nazarenos de Cuaresma hasta Pentecostés («De Cenizas a Fuego» se llama) que se pueden comprar desde la Casa Nazarena de Publicaciones. Así que tuve que preguntar: ¿Será que en esta cultura de América Latina, no se debe practicar? Tal vez es una de estas áreas donde debemos adaptarnos y sencillamente permitir que la Cuaresma y el Adviento desaparezcan de nuestros hábitos para encarnarnos en la cultura, ¿no? Pero descubrí que muchas veces las personas rechazaban observar el calendario cristiano por pensar que ser evangélico significaba ser anti-católico. Pero por la historia de la Iglesia hemos usado como cristianos un calendario para ayudarnos a preparar nuestros corazones para su venida (Adviento), caminar con Cristo hacia la cruz (Cuaresma), recordando nuestra necesidad de arrepentimiento (Miércoles de Cenizas), proclamándole Rey (Domingo de Ramos), apreciando de alguna manera el gran sacrificio de la cruz (Viernes Santo), celebrando sin duda que él vive para siempre (Resurrección), y enfatizando la llenura de su Espíritu Santo (Pentecostés). No menciono todas las fechas ni «el tiempo ordinario» que ocupa la mayoría del año. ¡Y cabe mencionar que estos periodos no son las únicas veces que hablamos de esas realidades fundamentales de nuestra fe! Pero por lo menos nos regalan un ritmo donde intentamos enfocarnos en la totalidad de nuestra fe y el evangelio, y no solo en un punto. Observar estos ritmos me han ayudado a conocer a Dios más y más cada año y por eso sigo escribiendo sobre eso. Y somos literalmente millones de evangélicos que se encuentran iguales. Hay millones que también no observan el calendario, y estaremos juntos todos en el cielo :). ¿Por qué? Solo por la gracia de Dios. Solo por su cruz – y la tumba vacía, diría yo. Dios les bendiga y gracias por leer mi punto de vista.

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