La Formación de Obras Maestras

Por: Cathy Spangler

“Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. (Romanos 5:3-5 NVI)

El Gran Cañón ha estado siempre en mi lista de deseos. Así que cuando mi hija y su esposo decidieron visitarlo y llevarme con ellos, me emocioné mucho.

¡Nunca olvidaré la primera vez que lo vi! Nos estacionamos cerca del centro de visitantes y caminamos hacia donde podía apreciarse la vista panorámica. El camino era amplio e inclinado. Mientras caminaba hacia ese lugar, mi corazón empezó a latir con anticipación… Finalmente iba a poder verlo. Cuando lo vi por primera vez, empecé a llorar; era increíblemente vasto y hermoso, me dejó sin palabras. Toda la multitud estaba tan asombrada que se quedó en silencio. Quienes lo admirábamos por primera vez nos quedamos sin aliento. ¡Qué obra tan asombrosa creó Dios! Le pregunté a mi hija qué fue lo primero que vino a su mente al verlo, ella contestó: “colores”, y su esposo dijo: “me sentí tan pequeño”.

Pasamos tres días visitando el Gran Cañón y observándolo desde diferentes puntos; aprendimos mucho sobre su historia. Así supimos que esa increíble obra maestra de Dios fue creada por el cauce del río que provocó la erosión del suelo. Siglos de extremas temperaturas, erupciones volcánicas y sismos, causando derrumbes y demás; provocaron la exposición de todas sus capas de colores, y su belleza. De no haber sido por los fenómenos naturales y todos los desastres por los que atravesó, esta maravilla no sería lo que es hoy en día.

Este Cañón nos enseña una verdad. Dios permite el sufrimiento en nuestras vidas para producir carácter y resistencia. Nunca habríamos crecido de no haber sido probados. Él lo permite, y mantiene el control de la situación hasta asegurarse de que funcione. Así, a través de la dificultad, todas nuestras capas de colores son expuestas para que el mundo las vea: esa belleza de la que no debemos sentirnos avergonzados en ninguna manera.

El último día vimos la puesta del sol, arrojando luces y sombras gloriosas. “Señor”… pensé, “haz lo que sea necesario para volvernos obras maestras como a ese Cañón”.

Oración: Señor, tu palabra dice que nos consideremos afortunados al pasar por diversas pruebas, porque son esas pruebas las que definen y fortalecen nuestra fe. Que cualquier sufrimiento que atravesemos producirá constancia, que a su tiempo nos volverá perfectos, completos y nada nos faltará. Así que, te agradezco grandemente por el sufrimiento, sabiendo que todo está a tu vista y bajo tu control. ¡Al final, seré tu obra maestra! ¡En el nombre de Jesús, adelante!

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