Por: Scott Armstrong
Durante la pandemia de COVID-19, he estado muy orgulloso de nuestros coordinadores ministeriales. En Misiones Globales Mesoamérica, buscamos encontrar, entrenar, y enviar misioneros, y eso generalmente implica mucha movilización a través de viajes misioneros, oportunidades de ministerio transcultural, etc. ¿Cómo sucede todo eso cuando las fronteras están cerradas y los viajes son restringidos?
Una respuesta ha sido utilizar la tecnología para equipar a aquellos que sienten un llamado a las misiones. En 2020 graduamos a 86 estudiantes de nueve países a través de nuestros cursos virtuales de la Escuela de Liderazgo. Este año, ese número se ha más que duplicado, ya que nuestras naciones han tenido la visión y la planificación de toda esa capacitación. En las últimas semanas, he asistido a varias graduaciones en línea y he felicitado a decenas de estudiantes más que han trabajado duro y están listos para dar el siguiente paso en las misiones. Al final de mis comentarios a las clases de graduados, les he pedido que extiendan sus manos y reciban la bendición. Esta es una bendición que he adaptado para ellos de Isaías 49:1-6, y creo que es poderosa para cualquier persona apasionada por transformar el mundo. Aquí está:
Graduados, el Señor les llamó a ustedes antes de que nacieran,
en el vientre de sus madres pronunció sus nombres.
Hizo de sus bocas una espada afilada,
y les escondió en la sombra de su mano;
les convirtió en una flecha pulida,
y les escondió en su aljaba.
Les dijo: “Ustedes son mi siervos;
en ustedes seré glorificado”.
Desde el seno materno les formó
para que fueran ustedes sus siervos,
para hacer que Jacob se vuelva a él,
que Israel se reúna a su alrededor;
porque a los ojos del Señor él es digno de honra,
y nuestro Dios ha sido nuestra fortaleza:
Y ahora dice el Señor,
“No es gran cosa que sean mis siervos,
ni que restauren a las tribus de Jacob,
ni que hagan volver a los de Israel,
a quienes he preservado.
Yo les pongo ahora como luz para las naciones,
a fin de que lleven mi salvación
hasta los confines de la tierra”.
Ahora, VAYAN y SEAN esa luz. Amén.
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