La Historia de la Iglesia del Nazareno Pan de Vida en Panamá

Por: Pastores Carlos De Gracia Alvarado y Gaby Bustos Salazar

Hace un mes publicamos un testimonio sobre una iglesia que está usando muchas formas creativas para alcanzar su comunidad urbana. Hoy queremos compartir más de su historia. ¡Qué nos motive a orar por ellos e implementar métodos creativos para tocar nuestras ciudades también!

La Iglesia del Nazareno Pan de Vida empezó con el envío de las misioneras Marleydi Sánchez e Ingrid Jocholá como parte de la iniciativa Génesis en 2018. El trabajo de ellas ha avanzado conforme el plan de Dios. El sector de Los Libertadores está en el centro de la Ciudad de Panamá. Esta es una comunidad de ocho edificios de 14 pisos cada uno y ocho apartamentos por piso. Allí habitan casi mil familias con quienes podemos compartirles la palabra de Dios.

Al recorrer las torres, se identificó que la población es muy joven y están envueltos en drogas y trabajos informales. Un alto porcentaje de los residentes son inmigrantes de países como Venezuela, Nicaragua, y Colombia. Por otro lado, vemos a muchos panameños que también migraron de provincias centrales y encontraron en estos edificios un sitio con alquileres bajos y una ubicación muy céntrica.

Luego de ser asignados como pastores, mi esposa y yo, dimos gracias al Señor por la oportunidad de servir. Comenzamos a acercarnos a los líderes locales que inmediatamente nos identificaron con las misioneras. Logramos los permisos para reunirnos en un rancho en las áreas deportivas y luchábamos con la música a muy alto volumen que por todas partes se escuchaban. Los gritos de los jugadores de fútbol y los grupos embriagándose competían con nuestra reunión para alabar a Dios.

Durante la pandemia, el Señor ha sido misericordioso con IDN Pan de Vida. Fuimos tomados en cuenta por un programa de ayuda nacional, entregando en los momentos más críticos bolsas de alimentos a familias muy necesitadas en los diferentes edificios. La bendición fue tan grande que compartimos bolsas con otras iglesias de nuestra zona.

Crecimos tanto que nuestra iglesia fue organizada oficialmente en medio de la pandemia del COVID-19 en un culto virtual el pasado 28 de noviembre de 2020.

Luego de la reapertura de la cuarentena, retomamos las visitas y servicios presenciales en la comunidad. En el mes de mayo, nos percatamos que los gustos y las necesidades de nuestros adolescentes iban más allá de una simple clase o el bien llamado “culto infantil”. Ellos encontraban muchas opciones negativas para su tiempo de ocio. Con esta premisa planificamos iniciar clases juveniles los viernes por la tarde.

Uno de los temas más hablados por ellos era el baile: se grababan con el celular haciendo pasos de TikTok. Al tener contacto con uno de los líderes del movimiento de Hip Hop en Panamá, iniciamos clases básicas de breakdancing. Esta acción hizo que el pequeño grupo de cinco se convirtiera en dieciséis adolescentes que todos los viernes participaban del discipulado y luego practicaban sus pasos de música urbana.

Terminamos el mes de julio con una celebración del Día del Niño, en donde todos compartimos el talento de los adolescentes. Poco después, realizamos una encuesta con los chicos. Encontramos que deseaban clases o talleres de cocina, pintura y por supuesto fútbol. Decidimos aprovechar las áreas deportivas y arrancar entrenamientos de fútbol. Con la ayuda del Señor, se han realizado hasta el momento cuatro prácticas y un partido con 20 adolescentes varones y 15 señoritas.

En este proyecto hemos descubierto muchas necesidades en todos los que participan: alimentación sana, atención de salud, reforzamiento académico, y hasta algunos niños necesitan atención especial psicológica. Todo esto nos ha impulsado a orar por cada adolescente. Tenemos mucho trabajo por delante, y sabemos que Dios nos dará la fuerza. La mayoría de los padres ven en nuestra iglesia una buena opción para que sus hijos se desenvuelvan. Nuestra oración es poder alcanzar no solo a los muchachos, sino también a sus familias y la comunidad.

Agradecemos nos lleven presente en sus oraciones por el gran desafío que tenemos de evangelizar a las nuevas generaciones a través del deporte.

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