Por: Rev. Dario Richards
¿Qué está haciendo el mundo?
Hace casi diez años, una respuesta a esta pregunta cambió mi amor por los deportes, pasó de ser un simple medio para entretenerme a una oportunidad de vivir la Gran Comisión. ¿Por qué? Porque para “ir por todo el mundo…” es fundamental que respondamos efectivamente a las preguntas: “¿Dónde está el mundo? y ¿Qué está tramando el mundo?”
En 2015, una investigación mostró que alrededor de 5200 millones de personas en todo el mundo participaban activamente en deportes (jugando, viendo o administrando) semanalmente. Lo que me llamó la atención de esta estadística es que, durante el mismo período, solo 2600 millones de personas participaron en la iglesia semanalmente. Si buscas los 10 eventos más vistos en el mundo, descubrirás que tres de ellos son eventos deportivos, siendo la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 el evento televisado más visto en la historia, atrayendo a 2 billones de personas. Estas estadísticas globales son también un reflejo de nuestra realidad local. En muchos de nuestros países no necesitamos estadísticas para convencernos de que el mundo se reúne en torno al deporte. ¡La mayoría de nosotros hemos descubierto que el mundo participa activamente en los deportes!
Los deportes en sí mismos son una herramienta poderosa. El deporte trasciende la edad, la clase, el sector, el idioma e incluso la capacidad física. Hay lugar para todos. Además, los deportes crean un idioma común que se habla con fluidez en todo el mundo. En perspectiva, las Naciones Unidas reconocen a 193 países. La Fédération Internationale de Football Association (FIFA) tiene 211 asociaciones nacionales. Los deportes son globales. Como herramienta, ya es lo suficientemente poderosa como para llegar a todas las personas, en todos los lugares.
El poder del deporte también lo convierte en un lugar de increíble potencial para el avance del evangelio y para vivir la Gran Comisión. Hay tres áreas principales donde la iglesia puede maximizar el potencial de los deportes:
Primero, el deporte puede usarse como un vehículo para conectarse con diversos grupos de personas para compartir el evangelio. Es posible que miles de millones de personas nunca entren en los edificios de nuestra iglesia, pero se unirán a nosotros en el campo de juego.
Segundo, los deportes pueden ser una herramienta importante para las misiones globales. El hecho de que algún tipo de deporte o juego se practica en todos los países y culturas del mundo es indiscutible. Como resultado, los deportes pueden ser una estrategia efectiva para ingresar a nuevos países para llevar a cabo el ministerio.
Finalmente, el mundo del deporte es un lugar donde los creyentes pueden vivir y comunicar el evangelio. Los equipos deportivos ya están diseñados para facilitar el discipulado y el desarrollo efectivos. Imagínate si los entrenadores no solo desarrollaran habilidades, sino que también entrenaran la vida. Imagínate si no solo hicieran campeones competitivos sino también discípulos. Muchas de nuestras comunidades se transformarían inmensamente.
Entonces, ¿qué está haciendo el mundo? Un gran porcentaje del mundo se reúne alrededor de campos, canchas y estadios para ver, jugar o administrar deportes. Si ahí es donde está el mundo, ahí es donde debemos estar.
Transforma el Mundo 
Saludos y bendiciones. Humildemente, me permito ofrecerles la recomendacion de mi libro LA TEOLOSIS Y LOS DEPORTES. He publicado este libro con la intencion inicial de que sirviera como material de reflexion para campamentos de verano y de jovenes, pero el articulo ha ampliado mi vision al respecto. El libro pudiera servir en un contexto mas amplio, y pudiera ser de gran utilidad en la reflexion cristiana desde el tema de los deportes. Apreciaria profundamente su parecer en ese sentido. Un abrazo fraternal desde Puerto Rico.