Por: Dr. Milton Gay Valencia
Coordinador de Evangelismo, Región Mesoamérica
“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra.” –Hechos 1:8
¿Sabías que Dios nos prepara sin darnos cuenta para que compartamos las buenas noticias con aquellos que no le conocen?
Una historia maravillosa en Hechos 8 nos describe no solo cómo Dios nos prepara, sino también cómo Dios prepara los corazones de las personas a las que nos envía.
El funcionario etíope estaba leyendo las Escrituras sin comprenderlas, pero Dios ya había hecho una cita con Felipe, un discípulo que estaba huyendo de la persecución y cumpliendo la Gran Comisión. Dios les citó a los dos en el mismo camino, y le dio la oportunidad a Felipe de dar testimonio de que era de Jesús de quien hablaba el profeta y de la obra que había hecho por amor a los seres humanos. Cuando llegaron a donde había agua le preguntó el etíope: ¿Qué impide que yo sea bautizado? “Solo creer”, le dijo Felipe, y él respondió: “Creo”.
Aquel hombre creyó en Jesús y siguió con gozo su camino al igual que Felipe, y no le volvió a ver más.
En este pasaje vemos que cobra vida Hechos 1:8 cuando nos dice: recibiréis poder y serás mis testigos desde Jerusalén y hasta lo último de la tierra.
¿Con cuántas personas te encuentras a diario en el camino hacia el trabajo, en la escuela, en la universidad, que tienen una gran necesidad de Cristo, y que tal vez Dios ya ha preparado su corazón y el tuyo para una cita de salvación?
¿Sabes cuántas personas han perdido un ser querido por la pandemia COVID 19? ¿Cuántos han perdido su trabajo o a alguien especial? Esas personas caminan en busca de respuestas, en busca de que alguien les explique, pero, sobre todo, de que alguien les escuche el dolor que llevan dentro.
Haz una pausa y mira a tu alrededor. Dale un regalo a una persona que no conozcas siendo el testigo del cual habla el libro de los Hechos. Experimentarás un gozo inefable de haber llegado a tiempo a la cita que Dios te preparó con ese ser humano al cual Dios quiere salvar.
Cuéntales lo que Dios ha hecho en tu vida, y hazles la invitación de caminar con Jesús y dejar que él transforme su corazón.
¿Estás dispuesto a ser testigo de Cristo?
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