Escrito por: Jerry D. Porter
“¿Qué pasaría si sólo tuviera 24 horas de vida?… ¿O qué pasaría si el Señor regresa hoy?”
A principios de este año fui hospitalizado a causa de anemia producida por los medicamentos que me hicieron úlceras en el estómago. También sufrí de un incremento en la frecuencia cardíaca (fibrilación auricular-FA). Recientemente, cuando estaba preparando un mensaje para la celebración de un funeral, dos preguntas me capturaron: ¿Qué pasaría si solo tuviera 24 horas de vida? ¿Qué pasaría si el Señor regresa hoy?
Mientras me hago esas dos preguntas, ¡mis actitudes y acciones están cambiando!
Cuando alguien es rudo o irritante, yo pongo la otra mejilla y oro por él o ella… sabiendo que, ¡tal vez estaré frente al Señor mañana!
Cuando pienso que estoy muy ocupado para orar o estudiar la Palabra de Dios, yo afirmo mi total dependencia en Dios, y recuerdo que una conversación íntima con Jesús es mi prioridad número uno.
Cuando tengo la oportunidad de estar con mi esposa o familia, aprovecho la ocasión para pasar tiempo de calidad con personas de mi “círculo íntimo.”
Cuando camino a través del aeropuerto, mi corazón es movido a compasión por cada persona, y oro por estos extraños. ¡Tampoco soy tan rápido para ir al frente de la línea para abordar el avión!
Cuando la tentación se acerca a mí, el engaño astuto del enemigo pierde su brillo a la luz de darme cuenta que pronto podría estar frente a mi Señor para mi última rendición de cuentas.
Cuando estoy con un amigo pre-cristiano, siento la necesidad urgente de compartir una palabra de esperanza en Cristo con él o ella, incluso ante el riesgo de ser avergonzado o rechazado.
Cuando estoy con una persona que ha sido lastimada, inmediatamente tomo unos pocos minutos para orar por ella, en lugar de simplemente prometerle orar.
Esta simple pregunta está cambiándome para vivir en la realidad de maranatha: “Nuestro Señor viene pronto.” Estoy descubriendo que mi prioridad de vida es mi relación con Dios, mi familia y mis vecinos.
“Hazlo claro… a todos aquellos que conozcas, que estás de su lado… ayúdales a ver que el Maestro está por venir. Él puede aparecer en cualquier momento” (Filipenses 4:5, versión The Message).
“…Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos” (Efesios 5:14-16, NVI).
¿Qué pasaría si supiera que sólo tengo 24 horas de vida?
“Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca” (Santiago 5:8, NVI). “Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría” (Salmos 90:12, NVI) ¡y vive una vida sin arrepentimientos para la Gloria de Dios!
Gracias hermano Scott por seguir compartiendo. Bendiciones de nuestro Padre y un fuerte abrazo para su familia.
Realmente una linda reflexión que llega a tocar la fibra del corazón!!! Gracias, estimado pastor Jerry, y por supuesto que también a usted, apreciado hermano Scott. Le confieso que mientras leía vino a mi memoria lo que recientemente me dijo el médico. Y frente a todo, una vez más Dios me dijo que debía estar preparada para el encuentro con Él. Y es que ciertamente solo el Señor sabe cuándo ocurrirá ello. Dios los bendiga.