Esta es la continuación de la entrada anterior.
- Apaga tu teléfono.
Es una cosa programar un descanso; es otra cosa desengancharse a propósito de las redes sociales, correo electrónico, y mensajes de texto por 24 horas a la semana. Las relaciones son el corazón de un puesto de trabajo en el ministerio. Nuestros feligreses no son sólo para los que trabajamos o servimos, son también nuestros amigos y nuestra comunidad. Pero si estamos siempre «sobre,» si siempre respondemos rápidamente a cualquier cosa y todo lo que se nos presente, no estamos obteniendo el descanso que merecemos y necesitamos desesperadamente. Si no estás dispuesto a apartarte verdaderamente de tu trabajo por un día, puede revelar algo más profundo que está pasando. Tal vez piensas que eres más importante para el ministerio de lo que debieras, o crees que todo tiene que parar contigo. Examina lo que está pasando en tu corazón y luego determina pasar tiempo lejos de tu teléfono, y cualquier otra forma de comunicación, para ese asunto.
- Pasa tiempo con Dios.
Aquí está la verdad: me había olvidado cómo comunicarme con el Santo aparte de mis deberes ministeriales. Seguro que era fácil estar con Dios si tenía un sermón que escribir, o un artículo o boletín de noticias para lanzar. Yo sabía dónde buscar si necesitaba encontrar un pasaje bíblico de ánimo para el hambre espiritual de un estudiante o un conflicto en una reunión de junta sin fines de lucro.
Pero de alguna manera me había olvidado cómo ser en todo lo que estaba haciendo. Si éste es tu caso, considérate afortunado: tienes la oportunidad de llegar a conocer a Jesús de nuevo, como si fuera la primera vez. Así que siéntate y entra. Tu relación con Dios no depende de lo que puedes hacer por él, sino depende en su totalidad de su amor por ti.
- Ve con un director espiritual o consejero.
Si tu dedo del pie se rompe, vas a ver a un médico. Si sientes malestar o descontento en tu alma, vas a ver a un director espiritual. Estas son personas que han sido entrenadas en el arte de la dirección espiritual. Ellos no están allí para escuchar acerca de lo bien que está tu ministerio. Lo más probable es, que no les importa lo divertido o conmovedor que eras por la causa de Cristo. Existen directores espirituales para entrar en comunión contigo y con Dios, y para escuchar el estado de tu alma. Así que déjalos hacer su trabajo, y ellos pueden proporcionar un poco de combustible necesario para tu alma cansada.
Este artículo continuará en la siguiente entrada.
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