Por: Scott Armstrong
Versículo Clave: Somos embajadores de Cristo. Dios les habla a ustedes por medio de nosotros: «En el nombre de Cristo les rogamos, ¡reconcíliense con Dios!». (2 Cor. 5:20).
Mi familia y yo hemos vivido fuera de nuestro “país de origen” por más de 18 años y eso ha implicado muchos viajes a la embajada para renovación del pasaporte, documentación, etc. ¿Alguna vez has pensado en el propósito de una embajada o aún más importante en esta lectura, el propósito de un embajador?
Una embajada es diseñada para proveer diversos servicios a sus ciudadanos, incluso estando ubicada en otro país. En cierto sentido, cualquier ciudadano de ese país debe sentirse “como en casa” en la embajada, incluso en tierra extranjera. Un embajador debe conocer su país y su posición política muy bien para representarlo mientras vive en otra nación y trabaja con sus dignatarios. Es un gran honor y responsabilidad ser embajador.
El apóstol Pablo dice que eres un embajador de Cristo. Tienes que conocer a Jesús tan bien y tan de cerca que puedas representarlo a donde quiera que vayas. Otros no conocen a Dios, pero él se muestra a ellos a través de ti, de mí y a través de todos los que lo llaman Señor. ¡Qué honor! ¡Qué privilegio!
Oración: Jesús, gracias por escogerme para ser tu embajador. Me has enviado y con gusto seré tu representante entre los perdidos y quebrantados. Reconcilia al mundo contigo y úsame para hacerlo. ¡Amén!
Deja una respuesta