Hace un año yo escribí una entrada en este blog (“La Semana Olvidada”) sobre Semana Santa y su relevancia en la Iglesia Cristiana. Aunque a todos nos gusta mucho disfrutar las vacaciones de escuela y trabajo, ir a la playa, etc. ésta semana debe tener un significado enorme en el corazón de cada evangélico y cada iglesia.
Semana Santa es la última semana de Cuaresma, la semana precediendo el Día de Resurrección. Es un tiempo de conmemorar y participar en el sufrimiento (Pasión), muerte y resurrección de Jesús.
Semana Santa debe movernos detrás de las celebraciones gozosas de Domingo de Ramos y Día de Resurrección para que nos enfoquemos en el sufrimiento, humillación y muerte de nuestro Salvador. Es un periodo importante donde contrastamos la esperanza de la Resurrección y la promesa de vida nueva, con la realidad de muerte y finalidad.
Sólo caminando por las sombras y la oscuridad de Semana Santa y Viernes Santo,
Sólo dándonos cuenta del horror y gravedad del pecado y sus consecuencias en el mundo (mostrado en el cuerpo maltratado de Jesús),
Sólo contemplando la finalidad y desesperanza de los discípulos cuando Jesús quedó muerto en la tumba,
¡Sólo así podemos verdaderamente entender la luz y esperanza del amanecer de domingo!
El Día de Resurrección es la celebración más importante del calendario cristiano. ¡Debemos celebrar con todas nuestras energías que Jesús está vivo! Pero no lleguemos a domingo sin contemplar y reflexionar sobre el resto de la semana. No hay una corona sin una cruz. No hay victoria sin rendir todo. No hay resurrección sin muerte.
¿Cómo pueden estos días transformar tu vida personal y espiritual? ¿Cómo puedes caminar con Jesús a la cruz en esta semana tan santa?
*Gracias a Dennis Bratcher del Christian Resource Institute por su ayuda con este artículo.
Responder