La Necesidad de los Asuntos Espirituales

Por: Dr. David W. Graves

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En un viaje reciente a la Región Asia-Pacífico, me impresionó el número y calidad de líderes jóvenes que encontré ahí. Tuve la oportunidad de predicar en la capilla del Seminario Teológico Nazareno de Asía-Pacífico, en el Colegio Nazareno Filipino en la ciudad de Baguio, Filipinas, en el Colegio Bíblico del Sudeste de Asia en Bangkok y la Escuela Bíblica Nazarena en Myanmar del norte. En cada una de estas instituciones educativas, encontré jóvenes adultos fuertes y apasionados que se están preparando para ser pastores en la Iglesia del Nazareno. Fui desafiado por sus vidas y su amor por el Señor.

Me quedé impresionado con la gran necesidad de profesores, pastores y superintendentes de distrito para ser mentores de la siguiente generación de líderes. Necesitamos líderes hoy en día como Priscila y Aquila (Hechos 18). Ellos formaron el primer equipo ministerial de esposo y esposa en la iglesia Cristiana. Parece que ya eran cristianos cuando Pablo los conoció en Corinto. Cuando él se fue de Corinto, la pareja lo acompañó hasta Éfeso donde ellos permanecieron a petición de él.

Sin duda, ellos continuaron agitando el interés que Pablo había provocado en la sinagoga (versículo 19), pero el ser mentores de Apolos (versículos 24-26) es lo que Lucas identifica como la contribución más significativa de esta pareja en Éfeso.

Apolos era de Alejandría, que tuvo una de las comunidades judías más grandes fuera de Siria-Palestina y donde muchos judíos hicieron su negocio para conocer y apreciar la cultura griega. Apolos vino a Éfeso con dos grandes fortalezas. Era un “hombre ilustrado” (Hechos 18:24)—eso para decir, que él fue capacitado formalmente en retórica. Esta habilidad combinada con el conocimiento profundo de la Biblia Hebrea, lo hizo un poderoso orador en la sinagoga (Hechos 18:25-26). Él fue un creyente en Jesús pero tuvo conocimiento limitado de Él y su enseñanza. Reconociendo el potencial de Apolos, Priscila y Aquila fueron sus mentores. Con la firme comprensión del evangelio, Apolos se trasladó a Acaya donde realizó un ministerio altamente eficaz como maestro de nuevos convertidos (1 Corintios 3:6).

Hoy, el ser mentores de líderes jóvenes, todavía es un ministerio vital. Reconocer el potencial que Dios ha dado a nuevos cristianos y después invertir tiempo y energía en ayudarles a florecer sigue siendo un elemento clave en la preparación de la próxima generación de liderazgo de la iglesia. Te animo, si eres un pastor, un laico, o un líder de distrito, a pensar en un joven cristiano con un potencial de liderazgo. Pide a Dios que te muestre cómo puedes ayudar a esa persona a convertirse en alguien útil para Dios y su reino. Este será uno de los usos más gratificantes de tu tiempo y energía. Estoy muy agradecido por aquellos que han sido mis mentores varias veces en mi vida—mis padres, mis maestros de escuela dominical, líderes de jóvenes, profesores, superintendentes de distrito, hermano, y otros pastores. Es mi deseo animar y ser mentor de la siguiente generación de líderes. Que Dios nos ayude mientras trabajamos juntos.

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