Por: Mitzi Villegas Carmona
Todo participante en un viaje misionero tiene una historia para contar. Muchas veces no escuchamos del impacto de una oportunidad misionera sobre aquellos que se han involucrado. Hoy cerramos nuestro tiempo de compartir testimonios de Misión sin Límites https://transformaelmundo.com/2021/04/09/etapa-tres-de-mision-sin-limites-se-lleva-a-cabo-en-mesoamerica/ con dos historias más del movimiento de Dios en diferentes lugares y diferentes vidas.
“Existen cosas que se deberían observar con cuidado y mantenerlas arraigadas en el ánimo”, nos comparte Yefry Domínguez. Él fue uno de los participantes de Misión sin Límites que fue realizada en la primera semana de abril, y además fue uno de los líderes-servidores en la comunidad de Villa Vásquez, República Dominicana.
Yefry perdió a su madre una semana antes de que Misión sin Límites fuera llevada a cabo. Muchos de sus amigos le escribieron para aliviar su dolor y aconsejar que faltara a causa del poco ánimo. Él simplemente dijo, “Descuiden, no hay retroceso, lo mejor está por delante.” Yefry estaba seguro de que la promesa de Jesús en Mateo 19:29 era verdadero: “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.
En Villa Vásquez, Dios le usó, junto a su equipo, a hacer grandes cosas. Muchos conocieron al Señor y Villa Vásquez quedó impactado. A la vez, quizá el impacto más grande era el mismo testimonio en vivo de Yefry. Su pasión por servir en medio del dolor y luto mostró a cada participante de Misión sin Límites y cada miembro de la comunidad el poder verdadero de Dios.
A cuatro horas de Villa Vásquez, los pastores Joan y Alexandra Paulino de la Iglesia del Nazareno “Cristo la Roca” de Boca Chica, República Dominicana, testificaron que habían sido grandemente bendecidos por el apoyo a la iglesia local. Estaban conmovidos por cómo el Señor movió a las personas en un compromiso total de cumplir la misión sirviendo junto con el equipo misionero en cada actividad programada.
“Para esto no hubo limitaciones. Niños, jóvenes y adultos – hasta ancianos – fueron impactados por el avivamiento. Muchos testifican que fueron llenos de fortaleza y gozo en el corazón. Fue una semana de trabajo arduo, pero de renovación y confirmación de llamado para muchos. ¡Damos gloria a Jesús por todo!” dijeron.
¿Cuál es el común denominador de estas dos historias? Dios actúa y llama a un compromiso y entrega total. Es la fe la que nos permite avanzar. Vemos las grandes obras de Dios en las vidas de cada persona que se compromete fielmente a él. ¡Gloria a Dios porque Él muestra las bendiciones de seguirle a pesar de todas las circunstancias! ¡Gloria a Dios porque lo que hacemos esperando en Él, tiene su recompensa! ¡Gloria a Él porque transforma corazones dispuestos y voluntades rendidas ante Él, en gloriosas riquezas de su Reino!
Gloria a Dios, definitivamente El Señor obra en nuestra vida de manera que no podemos explicar, gracias a Dios por quiénes sirven al Señor sin importar las circunstancias de la vida, en medio de alegrías, o de tristezas; que nuestro deleite sea buscarlo y servirle.